El 28 de mayo de 1987, el mundo no salía de su asombro: un avión Cessna 172, pilotado por un alemán occidental, aterrizó en plena Plaza Roja de Moscú, símbolo del poder de la ahora extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.
El entonces joven Rust, alumno de una escuela de vuelo, pilotó en solitario desde Alemania rumbo a Finlandia. Desde Helsinki, se dirigió sin informar a las autoridades hacia Moscú, supuestamente burlando defensas antiaéreas (después se conoció que fue monitoreado permanentemente por radares, y seguido por cazas), aterrizando ante los atónitos visitantes y transeúntes de la Plaza Roja de Moscú, cerquita del Kremlin.
Rust, sosteniendo que realizaba un vuelo de “buena voluntad” y esperando entregar un mensaje en ese tono a Mijaíl Gorbachov, fue apresado, juzgado y condenado a la cárcel en la URSS: tras más de un año fue liberado (a poco de presenciar el derrumbe del gigante soviético). Con ello, pudo volver a Alemania, donde continuó una vida con algunos altibajos.
En cuanto al avión, un Reims-Cessna FR172P Skyhawk II matrícula D-ECJB, está preservado en el Deutsches Technikmuseum de Berlín,