Se define como el peso del aire por unidad
de superficie, ejerciéndose dicha presión hacia todas direcciones.
El físico Torricelli, para medir la presión
atmosférica, se valió de una cubeta llena de mercurio y un tubo de
vidrio de un metro de longitud, conteniendo éste, también mercurio.
El mercurio contenido en la cubeta ascendía
hasta un cierto nivel cuando se invertía el tubo en la cubeta,
quedando el sistema en equilibrio, es decir, al realizar la
operación se esperó a que no hubiera oscilaciones de nivel en la
cubeta.
El peso del aire de la atmósfera encima de
la cubeta obliga al mercurio del tubo a no verterse
completamente sobre ésta, sino a descender hasta un cierto nivel en
el tubo.
Si se considera una columna de mercurio de
un centímetro cuadrado de sección situado al nivel del mar, la
columna, por el efecto de la presión atmosférica, tiene una altura de
76 cms., y como un centímetro cúbico de mercurio a 0°C pesa 13,6
gramos, la columna tendrá un peso que será igual al producto de
multiplicar 13,6 por 76, que es igual a 1033,6 gramos.
Graduando el tubo en
milímetros, conseguiremos una información de presión
atmosférica expresada en milímetros de mercurio, que es otra de
las unidades utilizadas, aunque raramente en aviación.
Cuando la presión atmosférica disminuya, el
nivel en la cubeta ascenderá y, en consecuencia, el nivel de
mercurio en el tubo de vidrio descenderá, indicando
directamente una presión atmosférica menor.
En la práctica se utiliza el milibar, que
equivale a mil dinas por centímetro cuadrado.
Dividiendo la cantidad anterior entre mil y
ajustando el valor a la media de presión atmosférica internacional,
se deduce, entonces, que los 76 cms. ó 760 mm. de Hg, equivalen a
1013,28 mb. aproximadamente.
Se utiliza también el hectopascal (HPA),
equivalente a 100 newtons por metro cuadrado.
Por tanto, la presión estándar también es de
1013 HPA.
Para obtener la presión atmosférica estándar
en pulgadas de mercurio, solo bastará dividir los 760 mm. de
Hg entre 25,4 mm., ya que una pulgada(“) es igual a 2,54 cms.
(25,4 mm.) . Tenemos, entonces, que la presión estándar al nivel del
mar es también de 29,92” de Hg
A medida que ascendemos en la atmósfera la
presión disminuye. Su valor, según la Atmósfera Standard
Internacional, es de 1013,2 Mb de Hg al nivel del mar, como
habíamos visto.
El gradiente vertical de presión, o lo que
es lo mismo, la variación de la cantidad de presión, expresada en
Milibares (aunque también puede ser expresada en cualquier otra
unidad), que aumenta o disminuye dependiendo si efectuamos un
descenso o un ascenso respectivamente, es de aproximadamente
un Milibar por cada nueve metros (1 Mb/9 mtrs.).
Esto ocurre en las proximidades de la
superficie terrestre, ya que, por ejemplo, a unos 6000 mtrs. de
altitud, se necesita ascender 17 mtrs. para hacer que la presión
atmosférica disminuya 1 Mb.
Fuera de condiciones normales, la presión
varía con la altura de manera muy diferente, según sea el
estado térmico de la masa de aire. En una masa cálida, a una
determinada altitud, la presión atmosférica es mayor que a una
altitud igual en una masa fría.
Dicho esto, se obtiene la conclusión de que,
si tomando el caso de pasar de una masa fría a otra caliente
volamos en un avión deseando mantener al altímetro con la
misma marcación, por ejemplo, 3000”, nuestro avión pasará
a volar más alto, ocurriendo lo contrario si se pasa de una masa
de aire caliente a una fría. Esto último puede acarrear algún que
otro susto si no se tiene cuidado, especialmente cuando se vuela
cerca del suelo con visibilidad reducida.
Habíamos quedado, que cuando asciende la
temperatura asciende la presión, quedando esto demostrado cuando
al acercarnos a la superficie terrestre aumenta la presión, y es sabido
por todos que la temperatura asciende, ocurriendo lo
contrario al elevarnos alejándonos de la superficie
terrestre. Basta con observar el termómetro de temperatura exterior para comprobarlo.
Al ascender la presión, las cápsulas aneroides
del altímetro se contraerán, proporcionando a las
agujas indicadoras mediante el sistema de transmisión, una
indicación descendente de altitud. Sin embargo, la altitud sobre
el nivel del mar será la misma.
Puesto que nuestro deseo es mantener los 7000”
que habíamos puesto como ejemplo y al ver que las agujas
indicadoras marcan una altitud menor, nuestra reacción
será tomar una actitud ascendente, por lo que en realidad
volaremos a una altitud mayor de la que realmente llevábamos.
Fuente: Aviacion Noticias