El
nuevo modelo de la eficiente familia 787 despegó de Paine Field en
Everett, Washington, a las 11:02 hora local y aterrizó a las 16:18 en
Boeing Field, Seattle, después de completar un vuelo de 5 horas y 16 minutos.
"Este primer vuelo de hoy marca un hito importante para nuestro equipo, así como para nuestros socios", comentó Ray Conner, presidente y consejero delegado de Boeing Commercial Airplanes. "Estamos
muy orgullosos de que nuestros clientes puedan empezar a volar el 787-9
y a la espera de entregar el primer avión a Air New Zealand el próximo
año."
Durante el vuelo del pasado lunes, el piloto director del proyecto 787-9, Mike Bryan, y el piloto jefe del 787, Randy Neville,
despegaron hacia el norte, alcanzando una altitud de 20,400 pies (6,218
metros) y una velocidad de 250 nudos (alrededor de 288 millas o 463
kilómetros por hora), medidas habituales para un primer vuelo. Los
comandantes Bryan y Neville probaron los sistemas y estructuras del
avión, mientras los instrumentos a bordo transmitían datos en tiempo
real a un equipo de pruebas de vuelo de Boeing en tierra.
"Hemos logrado mucho en este vuelo, y ha salido realmente bien", dijo Bryan. "El 787-9 es un avión magnífico y queríamos seguir volando."
Compuesto
por dos motores Trent 1000 de Rolls-Royce, el primer 787-9 estará
acompañado en el programa de pruebas de vuelo por dos aviones más, uno
de los cuales contará con motores General Electrics GEnx. Estos aviones
se encuentran en la etapa final de montaje en la fábrica de Everett de
Boeing. En los próximos meses, la flota se someterá a una serie de
pruebas y condiciones para demostrar la seguridad y la fiabilidad del
diseño del avión.
El
787-9 complementará y ampliará la familia 787, ofreciendo a las
compañías aéreas la posibilidad de aumentar sus rutas abiertas con el
787-8. Con un fuselaje más largo que el 787-8 (20 pies o 6 metros más),
el 787-9 podrá llevar 40 pasajeros adicionales y llegar 300 millas
náuticas más lejos (555 kilómetros). Su rendimiento medioambiental es
excepcional –un 20% menos en consumo de combustible y una reducción en
las emisiones de un 20% en comparación con los aviones de tamaño
similar. El 787-9 aprovecha el diseño visionario del 787-8, ofreciendo
las características preferidas por los pasajeros: amplios espacios,
ventanas regulables, grandes compartimentos superiores, moderna
iluminación LED, mayor humedad, menor nivel de altitud en cabina, aire
más limpio y conducción más suave.
Boeing
entregará el 787-9 a su cliente de lanzamiento, Air New Zealand, a
mediados de 2014. Veinticinco clientes de todo el mundo han encargado
388 unidades del 787-9, el 40% de la totalidad de pedidos del 787.
Fuente: Aviacion Digital